¿Conflictos? Muchos y en cualquier área donde nos encontremos.
Ya sea en una negociación con un cliente o en una confrontación entre dos miembros del equipo, hay que estar preparados para actuar ante ellos de la forma más ágil posible. Los conflictos nunca son agradables para nadie, pero, si tú eres capaz de gestionarlos adecuadamente, las ventajas de un conflicto bien resuelto son enormes. Existen muchas formas de abordar este tipo de situaciones, por ello, en esta oportunidad, quiero que entras en cuenta estas estrategias que sin lugar a dudas te ayudarán a estar preparado y a dedicar menos tiempo y esfuerzo a la hora de hacerlo.
- Suavidad al afrontar cualquier situación: Para saber si un conflicto se ha resuelto satisfactoriamente por medio de esta estrategia, primero, debes ser capaz de responder afirmativamente las siguientes tres preguntas:
¿Ha cambiado el comportamiento de la otra persona?
¿Ha quedado intacta la autoestima de la otra parte?
¿Se ha conservado la relación tal como estaba o, incluso, ha mejorado?
¿Como prepararte para afrontar cualquier situación con suavidad?
Controla tus emociones y evita a toda costa reaccionar exageradamente.
Quejarte sin cesar de la actitud de otra persona no sirve para nada porque dañará tu propia credibilidad. Una de las formas más sencillas de ganarse la desconfianza y el resentimiento de cualquier persona, es quejarse de alguien delante de uno de sus compañeros. Ensaya lo que vayas a decir en la conversación. Asegúrate de que mantienes el control sobre tu tono de voz, tu cuerpo y tus expresiones faciales. No sermonees. Pocas cosas molestan más a las personas que sentir que se les habla desde una posición de superioridad.
- Muéstrate deseoso de escuchar y no interrumpas a tu interlocutor. Pon atención a estos elementos para llevar una confrontación asertiva:
- Describe objetivamente el comportamiento indeseado que quieres cambiar.
- Trata de no apelar a la subjetividad ni a cuestiones personales.
- Identifica los efectos negativos que afectan ríe!por y dinero para tu empresa o negocio.
- Escucha la respuesta de la otra persona.
- Describe tus expectativas para el futuro en términos específicos. Consigue el compromiso o el acuerdo con la otra persona.
- Desarmar la oposición: A veces, es posible que la otra persona tenga algún problema legítimo contigo (por ejemplo, que hayas incumplido alguna norma). Si niegas la realidad y no prestas atención a esto, la otra persona se enfadará y el problema seguirá ahí. Al reconocer que tu interlocutor tiene razón, estarás en el camino de resolver la situación.
Está técnica es útil, pero no abuses de ella, ya que, si tu comportamiento se vuelve predecible, estarás perdiendo efectividad.
- Manejar o controlar la ira.Nunca digas a una persona que no se enfade.
En lugar de ello, anímala a que te diga qué es lo que causa su enfado. Que tu controles la ira, no que ella te controle a ti, así que chequea:
- Escuchar. Es posible que tenga motivos para su enfado.
- No discutir, aunque sea eso lo que la otra persona esté buscando.
- Quizá su autoestima esté por los suelos, por lo que es conveniente que le ofrezcas algún cumplido cuando sea posible.
- Averiguar la causa del enfado. Haz preguntas abiertas, no del tipo que se pueden responder con «sí/no».
- Mostrar empatía. Emplea técnicas de escucha activa y de vez en cuando repite lo que la otra persona está diciendo.
- Admitir los errores. Si tú estabas equivocado, no dudes en admitirlo.
Si notas que tú estás a punto de estallar, te dejo unas buenas recomendaciones:
- Da un paseo para alejarte por unos momentos del problema. A veces esto da lugar a un pensamiento más constructivo.
- Escribe una carta enfadado, pero no la envíes. Esto hará que la ira salga de tu «sistema» sin dañar a nadie
- Escribe una segunda carta, más racional y calmada. Esta carta tampoco debes enviarla ni utilizar lo que redactes en el diálogo posterior.
- Intervención de un tercero: A veces un acercamiento suave a los problemas no da resultado. Es posible que la otra persona no quiera comprometerse o encontrar una solución al conflicto con la que todos salgan ganando.
Un ejemplo de apelación a una tercera parte con autoridad o poder es una disputa laboral en la que hay que acudir a un sindicato o a una autoridad judicial. Esta parte ajena a la discusión impondrá una solución que, con toda probabilidad, no va a satisfacer a ninguna de las dos partes.
- Intercambiar imágenes con la otra parte: Para llevar a cabo esta estrategia, di a la otra persona que entiendes su punto de vista. Escribe en un trozo de papel cuál es tu posición en el conflicto y cuál crees que es la de la parte, y pídele que haga lo mismo para ti. Entonces, intercambien las imágenes escritas y discutir sobre ellas.
6. La jugada de la otra parte:Esta táctica consiste en hacerle ver que tú eres consciente de los movimientos que estás observando. La otra persona probablemente se sentirá algo aturdida y tratará de negar lo que está haciendo. En ese punto, simplemente repite lo mismo que te ha dicho en un tono lo más profesional posible. Si el comportamiento se repite, ve hacia la persona, mírala a los ojos, dile que sabes lo que está haciendo y pídele que deje de hacerlo.
Tú debes ser tan firme y serio como te sea posible, los conflictos y soluciones son una decisión acertada que te dará más de lo que imaginas.